Cuando hablamos del desierto no estamos hablando de un paisaje como el que vemos de fondo en la imagen que hemos usado para el tema del que hablaremos hoy, que vista así en imágenes puede parecer bonita, con sus colores arena.
Dejando de lado esta imagen de fondo, vamos a pensar en las características que tiene un desierto.
. lo primero que se nos puede venir a la mente, falta de agua, un bien básico para vivir, un lugar de silencio o de soledad, un lugar con peligros, con falta de refugios de tormentas de arena, por ejemplo, un lugar con falta de recurso como alimentos, comodidades, un lugar en que los días son calurosos con la fatiga que eso implica y las noches frías.
En la biblia nos encontramos con muchas escenas de desiertos:
. Encontramos a Moisés, viviendo en el desierto:
. después de matar a un egipcio por defender a uno de sus hermanos hebreos, huyo de Egipto y dice Éxodo 3: que “Moisés apacentaba el rebaño de Jetro su suegro, sacerdote de Madián; y llevó las ovejas a través del desierto, y llegó hasta Horeb, monte de Dios.
y es allí donde Dios se le apareció en medio de una zarza que no se consumía…
. Encontramos al pueblo de Israel pasando por un desierto y quedándose en el por 40 años.
Éxodo 13:17-18
Y luego que faraón dejo ir al pueblo, Dios no los llevó por el camino de la tierra de los filisteos, que estaba cerca, porque dijo Dios: Para que no se arrepientan el pueblo cuando vea la guerra y se vuelva a Egipto. Mas hizo Dios que el pueblo rodease por el camino del desierto del Mar rojo.
. Encontramos que Jesús es llevado por el Espíritu al desierto después de ser bautizado y antes de iniciar su ministerio.
Lucas 4:1 Jesús, lleno del espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto.
Estos versículos nos cuentan algo muy importante a la hora de entender el desierto, tanto Jesús como del pueblo de Dios, pasamos por desiertos por la voluntad de Dios.
Oseas 2:14:
“Pero he aquí que yo la atraeré y la llevare al desierto, y hablare a su corazón”.
El Señor nos lleva allí.
por qué?
¿Qué pasa en el desierto?
¿Qué te da el desierto que hace necesario que pasemos por él?
por qué forma parte del plan de Dios pasar por un camino como ese?
Si observamos los desiertos en la Biblia, nos daremos cuenta de que, en el desierto, por ejemplo, descubrimos como era el pueblo de Dios, ellos tenían el corazón duro, que eran obstinados, cabezones, es en el desierto donde se muestra que Dios no era su único Dios y que a la mínima que podían se buscaban cualquier otro Señor.
En el desierto también descubrimos quien es Jesús, como es el, su fidelidad al padre, su poder, vemos; en el desierto de Jesús que él va al revés que el pueblo, El no vende su amor por Dios.
¿Como llegó Moisés al desierto?
Moisés llegó al desierto huyendo, pero Dios lo llevó ahí para hablarle.
El lugar donde él se escondía fue el lugar donde Dios se reveló.
Déjenme retroceder, un poco en la vida de Moisés, el creció y vivió en el palacio sus primeros 40 años de vida, pero Dios tenía otros planes para él, ese niño sacado de las aguas sería el instrumento que Dios usaría para Liberar a su pueblo de la esclavitud de los egipcios.
Pero para ser un instrumento en las manos de Dios, Moisés tenía que pasar en el desierto durante 40 años para que Dios se le presentara y le dijera sus planes.
Así que lo que Moisés no escuchó en palacio, lo escuchó en soledad del desierto.El desierto se convirtió en el espacio donde su corazón se volvió sensible a Dios y después de esos 40 años, en el desierto,
Dios se le aparece a Moisés en el monte Horeb, en la zarza ardiente (Éxodo 3:1-2).
Dios le dice que ha visto la aflicción de Israel y que quiere liberarlos.
Dios lo llama a ser el instrumento para liberar a Su pueblo, enviándolo ante Faraón.
Éxodo 7:7
“Moisés tenía ochenta años, y Aarón ochenta y tres años, cuando hablaron con Faraón.”
A sus 80 años Moisés finalmente estaba preparado para cumplir su propósito.
¿Como llega el pueblo de Dios al desierto?
Como hemos leído Dios sacó al pueblo de Israel de Egipto por el camino del desierto para evitar que volvieran a Egipto:
“Y habló Jehová a Moisés, diciendo: Tú guiarás al pueblo por el camino del desierto, hacia el mar Rojo;
pero porque se quedaron dando vueltas por 40 años en el desierto.
Porque cuando llegaron a la frontera de Canaán, enviaron espías y trajeron un informe negativo sobre la tierra prometida:
“Y toda la congregación alzó la voz, y clamaron; y el pueblo lloró aquella noche. Y dijeron a Moisés: ¡Quién nos dará carne para comer! Porque nos acordamos del pescado que comíamos en Egipto, de los pepinos, melones, puerros, cebollas y ajos.” (Números 11:4-5)
Debido a su falta de fe y rebelión, Dios decretó que la generación adulta no entraría en la Tierra Prometida:
La desobediencia y la falta de confianza en Dios fueron la causa, El pueblo aun tenía muchas lecciones que aprender durante esos 40 años. Dando vueltas por ese desierto.
¿Como llego Jesús al desierto?
Lucas 4:1 Dice que Jesús lleno del Espíritu Santo, fue llevado por el espíritu al desierto por 40 días y era tentado por el diablo. Y no comió nada en aquellos días, pasados los cuales tuvo hambre…
nro. 40, este nro. tiene un significado en la Biblia, Es símbolo de prueba y de preparación:
Moisés: 40 años en Madián antes de ser llamado (Hechos 7:23-30).
Israel: 40 años en el desierto para aprender a confiar en Dios (Números 14:33-34).
Jesús: 40 días de ayuno y tentación en el desierto para iniciar su ministerio (Mateo 4:1-2).
Es un Tiempo de transición entre lo viejo y lo nuevo
- Israel pasó 40 años dejando atrás Egipto y aprendiendo a depender de Dios antes de entrar a Canaán.
- Moisés pasó 40 años dejando atrás su vida en Egipto antes de ser llamado como líder.
Así que el nro. l 40 marca un período de transición espiritual, donde se deja atrás lo anterior y se entra a algo nuevo en la relación con Dios, en el caso de Israel y de Moisés,
. Jesús pasó 40 días en el desierto antes de iniciar un ministerio que traería un nuevo pacto, sellado con su sangre.
Así que intentaremos responder a las dos preguntas que hemos hecho al inicio?
Que pasa en el desierto?
Es el lugar preferido de Dios, es un lugar en el que nosotros llegamos realmente a conocernos, a ver nuestra verdadera identidad, nos golpea duramente y cuando nos golpea saca que cosas que nos solo nos asombra a nosotros mismos sino a los que están a nuestro alrededor.
Deuteronomio 8:2, yo te saque al desierto, para probarte para humillarte y para saber lo que había en tu corazón.
Es una experiencia que Dios diseña de manera personal para cada uno de nosotros, para sacar lo peor de nosotros y llenarnos con lo mejor de EL.
Prueba nuestro espíritu de sacrificio, prueba nuestra disposición a la sumisión, prueba nuestra disponibilidad de prescindir de las cosas no esenciales, porque todos tenemos que viajar ligero a través del desierto,
El desierto es una experiencia que prueba mi capacidad de mantenerme enfocado porque no hay nada como las tormentas de arena a nuestro alrededor para desenfocarnos.
No hay nada como el desierto para mostrar como esta nuestro corazón.
¿Qué te da el desierto que hace necesario que pasemos por él?
- El desierto es el lugar donde Dios te habla al corazón
Los desiertos no son castigos;
Son lugares donde Dios nos atrae, nos aparta de lo que ocupa nuestra mente, y nos coloca en una posición donde Su voz se vuelve más clara.
. En el desierto de Moisés, Dios le habló desde la zarza.
. En el desierto de Elías, Dios le habló en un susurro apacible.
.En el desierto de Jesús, Dios afirmó Su identidad, como Hijo de Dios
El desierto es el escenario donde Dios quita el ruido, silencia las distracciones,
para que podamos reconocer Su voz sin interferencias.
¿Ahora cómo se escucha la voz de Dios en el desierto?
¿Habíamos dicho que hay en un desierto?
- Silencio:
De manera personal mi desierto a los 30 años, yo estaba lejos de los caminos del Señor, había decidido tomar mi propio camino aun después de conocer al Señor en mi adolescencia, estaba desconectada de Dios, inmersa en mi vida, mis rutinas, en el ruido que tapa la voz de Dios.
Y allí en ese desierto, es donde el me hizo entender que no había parado de buscarme, de amarme y que por encima de todo lo que yo estaba pasado, estaba su amor por mí, y que el me había sacado de mi mundo para llevarme al desierto.
Pero también pasamos por desiertos cuando estamos en los caminos de Dios, y pasamos por ellos porque el Señor quiere revelar como esta nuestro corazón y quiere mejorar nuestra relación con él.
O cuando quiere prepararnos para darnos un nuevo propósito en nuestra vida como hijos de Él.
Sea cual sea el propósito del desierto, en el hay una de las características es el silencio, mucho tiempo para pensar, a veces en las salas de espera de un diagnóstico, al lado de una cama de un hospital cuidando a un enfermo como fue mi caso, durante la noche en las que no podemos dormir dándole vueltas a porque Dios no me responde mi oración por un trabajo, por la solución a una situación familiar, una insatisfacción con lo que hacemos porque Dios nos está llamando a servirle de otra manera.
El silencio y la búsqueda de Dios en ese silencio, abre espacio para la revelación de Dios, es allí donde el Señor va mostrando como esta nuestro corazón, haciéndonos ver lo que está allí que forma parte de lo viejo y que es necesario quitarlo y reemplazarlo porque lo que él quiere poner en nuestro corazón.
O cuando quiere prepararnos para darnos un nuevo propósito en nuestra vida como hijos de Él.
Y en ese proceso pasa algo muy especial va poniendo su voluntad en nosotros, a tal punto que nuestras oraciones ya no son las mismas del inicio del proceso, cambian y le decimos, Señor que se haga tu voluntad.
- Necesidad:
A veces entramos en los desiertos sintiéndonos autosuficientes.
Creemos que tenemos fuerzas, que tenemos soluciones, que tenemos recursos, que “podemos con esto”.
Pero el desierto tiene una forma única de mostrarnos que esa autosuficiencia, cuando llega el momento decisivo, no sirve de nada.
En el desierto se nos acaban las fuerzas, se nos acaban los planes.
y es allí donde Dios nos hace entender que la autosuficiencia como nos hace pensar el mundo no es fortaleza, es allí donde más claramente percibimos que Dios nos sostiene.
La necesidad tiene la capacidad divina de hacernos conscientes de la presencia de Dios.
Es allí donde Dios nos hace descubrir que Él es suficiente donde nosotros no lo somos.
Es una invitación a dejar de apoyarnos en nuestras fuerzas y aprender a apoyarnos en Su gracia.
Donde tú ves desierto, Dios ve una oportunidad de hablarle a tu corazón.
Y así, la necesidad —esa que tanto tememos— se convierte en una maestra espiritual.
Nos enseña que lo que sostiene tu vida no es tu esfuerzo, no es tu capacidad, no es tu inteligencia, no son tus planes…
lo que sostiene tu vida es Dios y su fidelidad.
- 3. No hay alimento: La Palabra de Dios no es un texto; es alimento
Así fue con Jesús. En su propio desierto, cuando el enemigo intentó debilitarle,
Él respondió con una verdad eterna:
“No solo de pan vivirá el hombre,
sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.”
(Mateo 4:4)aliméntate de la Palabra de Dios.
Toma sus promesas.
Las promesas mientras estamos en el desierto no solo se leen…..
se mastican, se rumian, se guardan, se lloran, se abrazan y las guardamos para siempre en nuestra mente y en nuestro corazón. Y el Espíritu de Dios se encarga de traerlas a la mente en el siguiente desierto.
Hay palabras de Dios que se vuelven la diferencia entre rendirse o avanzar.
Cuando no tengas fuerzas para orar, ora aferrado a una promesa.
Cuando no encuentres dirección, busca una palabra que te guíe.
Cuando sientas que te desmoronas, permite que Dios te sostenga a través de su palabra y
y lo que era desesperanza se transforma en fe.
- A través de la dependencia
En el desierto se aprende a vivir día a día, paso a paso.
Se aprende que no podemos sostenernos solos, que nuestras fuerzas son limitadas y que la verdadera vida depende de Dios.
Dios enseñó esta lección a su pueblo mientras caminaba por el desierto.
Cada día proveyó de alimento y de agua.
Cada paso, cada jornada, cada dificultad era una oportunidad para aprender a depender de Él.
Y esto es parte de lo que aprendemos en nuestros propios desiertos, en los momentos de incertidumbre, en los tiempos donde no hay respuestas inmediatas.
Cuando aprendemos a depender de Dios:
- dejamos de cargar con la ansiedad del futuro,
- aprendemos a caminar confiados, paso a paso, un día a la vez.
- escuchamos Su voz y obedecemos, aunque no entendamos todo,
- y descubrimos que Él nunca nos deja solos, ni siquiera en lo más seco del desierto.
El desierto nos enseña que la dependencia no es debilidad, sino fortaleza espiritual.
Cuando confiamos plenamente en Dios, cada paso se convierte en un acto de fe, y cada dificultad se transforma en una oportunidad para experimentar Su provisión y cuidado.
- A través de la rendición
El desierto no solo nos enseña a depender de Dios…también nos invita a rendirnos completamente a Él.
“Rendirse a Dios es dejar de luchar por controlarlo todo y aprender a caminar confiando en Su fuerza, Su guía y Su propósito; es en la rendición donde nuestra alma se hace fértil para que Él transforme nuestro corazón.”
Y cuando hablamos de Rendición no hablamos de derrota.
Rendición significa entregar nuestros planes, nuestras expectativas y nuestro control a Aquel que sabe todo y puede todo.Es reconocer que, en nuestras propias fuerzas, no podemos dominar el desierto, ni resolver todas las situaciones, ni controlar lo que vendrá mañana.
Y así en la rendición, es cuando la voz de Dios se vuelve más clara.
Los pasos que antes parecían inciertos se iluminan,
las cargas que parecían imposibles de soportar se alivian,
y el desierto que parecía seco y estéril se convierte en un terreno fértil para la fe.
Así como Jesús se entregó en obediencia completa a la voluntad del Padre, nosotros aprendemos que la rendición en el desierto no es pasividad, sino un acto de fe activo.Significa caminar confiando, aun cuando no vemos el final, orar aun cuando no entendemos el camino, y descansar aun cuando todo parece perdido.
El desierto nos enseña que, cuando nos rendimos a Dios, cada paso incierto se transforma en dirección, cada momento de espera se transforma en preparación, y cada prueba se convierte en un encuentro profundo con Su presencia.
CONCLUSION:
Así que quédate con esto:
El desierto es tiempo de prueba, preparación y transición. Es el momento en que Dios saca lo viejo, nos purifica y nos prepara para algo nuevo.
Si hoy te sientes en un desierto, recuerda: no es un castigo, es una escuela divina.
Es un lugar donde Dios quiere:
- hablarte directamente al corazón,
- enseñarte a depender de Él,
- transformarte desde adentro,
y prepararte para el propósito que tiene para ti.